Un año después, Rubén, volvía a la línea de salida de unos de los mejores maratones del mundo, Valencia, dispuesto a mejorar sus 2h16’10 de la edición pasada.
Una vez comenzada la carrera con unos primeros kilómetros de tanteo, Rubén, se instaló en un pequeño grupo de tres corredores, marcando los ritmos deseados de 3’12” el kilómetro, así hasta el kilómetro 17, en el que se quedó totalmente solo y se empezó a torcer un poco la maratón ya que tuvo que correr muchos kilómetros en solitario, exactamente hasta el 27, donde se unió con dos corredores, pero no era el día, “llevaba las piernas duras desde el 25, parecía que me recuperaba pero en el 29, otra vez volví a perder ritmo, me quería parar, y después de una lucha interna conmigo mismo, fije un nuevo objetivo de bajar de 2h20”.
Y así fue, Rubén, no logro su gran objetivo, pero después de las circunstancias en carrera, consiguió un meritorio 2h19’27” que como el dice “me deja contento pero no satisfecho”.
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